En nuestra comarca hay una serie de manifestaciones gastronómicas específicas de singular interés, con el valor añadido de unos vinos y aceites que gozan del reconocimiento especial de sus respectivas Denominaciones de Origen.
Pero aquí queremos hacer referencia a determinados productos que están directamente relacionados con celebraciones concretas. Este es el caso, en Borja, de la “culeca”, una torta de pan dulce, con forma de mujer y dos huevos en su interior, que se consume el día de San Jorge. O el “palmo” del día de Jueves Lardero que, en sus orígenes, correspondía al trozo de longaniza, con la medida del palmo de cada niño, aunque posteriormente, se ha convertido en un producto más elaborado.
En Tabuenca se celebra el cuarto domingo de Cuaresma una romería a la ermita de San Miguel, donde los llamados “pasteles”, unas tortas de masa escaldada rellenas de longaniza, chorizo y costillas, se convierten en protagonistas de lo que ha dado en llamarse “Domingo de Pasteles”.
Por otra parte, los roscones están asociados a celebraciones de numerosas localidades: San Antón, San Sebastián, San Blas y San Bartolomé entre otras. En algunos casos, el producto consumido son las rosquillas.
Un caso singular es el de Fréscano, donde en la mañana del Domingo de Pascua, la imagen de Ntra. Sra. de la Huerta es llevada desde su ermita a la iglesia parroquial, siendo conocida como la “Virgen de los caramelos” por los que adornan sus andas.